IEl desarrollo de la cuestión tendrá una extensión de ENTRE 3 Y 6 FOLIOS.
TIMES ROMA 12
INTERLINEADO 1.5
Fecha fin de trabajo 2 DE FEBRERO EN PAPEL
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Fue en 1956 cuando el filósofo judío alemán Günther Anders escribió esta premonitoria reflexión:
“Para sofocar cualquier revuelta de antemano, sobre todo no debes hacerlo de manera violenta.
Los métodos arcaicos como el de Hitler están claramente obsoletos. Basta con crear un condicionamiento colectivo tan poderoso que la idea misma de rebelión ya ni siquiera venga a la mente de los hombres. Lo ideal sería entrenar a los individuos desde que nacen limitando sus capacidades biológicas innatas...
Entonces, seguiríamos condicionando reduciendo drásticamente el nivel y la calidad de la educación, para devolverla a una forma de integración profesional. Un individuo sin educación tiene sólo un horizonte limitado de pensamiento y cuanto más se limita su pensamiento a preocupaciones materiales y mediocres, menos puede rebelarse. Debemos lograr que el acceso al conocimiento se vuelva cada vez más difícil y elitista... que se amplíe la brecha entre el pueblo y la ciencia, que la información destinada al gran público sea anestesiada de cualquier contenido de carácter subversivo. Sobre todo, nada de filosofía. Aquí nuevamente, debemos usar la persuasión y no la violencia directa: transmitiremos masivamente, a través de la televisión, entretenimiento adormecedor, siempre halagando lo emocional, lo instintivo.
Ocuparemos las mentes con lo que es fútil y lúdico. Es bueno con la cháchara y la música incesante, para evitar que la mente se pregunte, piense, medite.
La sexualidad se colocará al frente de los intereses humanos. Como anestésico social, no hay nada mejor.
En general, nos aseguraremos de desterrar la seriedad de la existencia, de mofarnos de todo lo que tiene un alto valor, de mantener una constante apología de la liviandad; para que la euforia de la publicidad, del consumo se convierta en el estandarte de la felicidad humana y el modelo de la libertad.
El condicionamiento producirá así por sí mismo tal integración, que el único temor (que habrá que mantener) será el de ser excluido del sistema y por lo tanto de no poder acceder más a las condiciones materiales necesarias para la felicidad. El hombre masa, así producido, debe ser tratado como lo que es: un producto, un ternero, y debe ser supervisado como debe ser un rebaño. Todo lo que adormece la lucidez, el espíritu crítico es socialmente bueno, todo lo que pueda despertarlo hay que combatirlo, ridiculizarlo, sofocarlo...
Cualquier doctrina que desafíe el sistema debe primero ser etiquetada como subversiva y terrorista y quienes la apoyan deben ser tratados como tales".
Gunther Anders
“La obsolescencia del hombre”
Os invito a ver este fragmento de película del gran Rossellini. Nos podemos hacer una idea de a qué nos referimos cuando hablamos del ágora y de la discusión democrática. En este fragmento asistiremos al juicio de Sócrates, acusado de pervertir a los jóvenes y de impiedad hacia los dioses. Presenciaremos como Sócrates argumenta a través del diálogo. Lo que después se denominó Método socrático o mayéutico.
FRAGMENTO DE PELÍCULA
«A veces, el destino se parece a una pequeña tormenta de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte los ojos y las orejas para que no se llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siguiera existe el tiempo. Allí solo hay arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.»
«Y una vez que la tormenta termine, no recordarás como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Aunque una cosa si es segura, cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella.»
Haruki Murakami • Kafka en la orilla